miércoles, 14 de julio de 2010

Nuestra Mugrosa Verdad

Todo eso fue tan suficiente. Casi sin voz te mostré los dientes, y me ignoraste de una forma tan violenta. Me diste a conocer esa esencia villana que brotaba de lo mas hondo de tus entranas. Vi tu cara y estaba mas fría que el mar. Mas muerta que papel. Que tu conciencia se apiade de tu inercia, porque mis llantos ya parecen no responder. Buscar una solución fue mas complicado que perderse en un laberinto sin salida. Nunca apareció. Tuve que desangrar de todas mis heridas para que pudieses despertar, y aun así dos por tres metes el dedo para ver si duele mas. No puedo remendarme con incoherencias. Solo camino con la mugrosa verdad.

viernes, 2 de julio de 2010

Otra de esas mananas

Me desperté en la sala/cocina/cuarto/comedor, me desperté en tus brazos. Miro a mi derecha y un 4:39 en rojo destellante me encandila. Miro a mi izquierda y veo tus rulos eléctricos estampados en la almohada, tus piernas trepando las mías, y tus ojos en silencio pensativo, mudos. El techo sigue siendo blanco, y ese rayo de luz del amanecer se sigue queriendo infiltrar por ese espacio minúsculo que queda entre la cortina y la persiana americana. Suspiro, "Como odio las mananas..." Me arrimo un poco a tu esqueleto, pego mi nariz a tu cuello y de un solo sniff caigo en trance nuevamente. Suspiro, "Como me gusta dormir a tu lado..."